En el mar que ahora
ya no habitas
en el agua que se cuaja
como denso jugo
en cada huella que dejaste
a tu paso cuidadoso
por los alcorces
desguarnecidos de mi alma
en los vestigios
de las cicatrices de mis brazos
y mis piernas
que oculto con vergüenza
en las miradas
que se perdieron en el horizonte
Cuánta sensibilidad...
ResponderEliminarEsos versos y esa foto me han dejado navegando entre la nostalgia y la deriva.
Gracias por compartir ese talento. De verdad.
Impresionante el contraste entre la nítida dureza de las rocas con la sedosa suavidad del mar. Preciosos los versos.
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