|
Como un
cadáver
que aún
no sabe
que ya
ha pasado
al otro
lado,
transito
penosamente
de
esquina a esquina,
de
aliento a aliento,
persiguiendo
inconsciente
cada
indicio que me trae
el leve
aroma de otros seres
inestables
e ingrávidos,
que se
imaginan
que aún
no han
pasado
al otro
lado.
Y desde
este lado
donde ya
nada es,
nada es,
nada,
cuando
advierto
que ya
no puedo tocar,
lo que
se quedó atrás,
todavía
estiro las manos,
por si
la interfaz
se
curva, o se pliega,
o se
abre un segundo
y me
deja pasar,
aunque
sea un instante,
de
nuevo, a tu lado.
© Lorenzo Salas |
La interfaz
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Qué maravilla !!
ResponderEliminarAunque sea un instante.
ResponderEliminar